Por PATRICIO LE CERF V.
Licenciado en Historia y Magíster en Ciencias Políticas con mención en Relaciones Internacionales
Pontificia Universidad Católica de Chile
Hoy, 16 de diciembre de 2024, se cumplen 80 años del inicio de una de las últimas grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial: la Ofensiva de las Ardenas. ¿Qué lecciones se pueden sacar de este cada vez más remoto acontecimiento? ¿y qué similitudes existen entre esta batalla y la actual Guerra Ruso-Ucraniana? A continuación te lo explico.
OFENSIVA DE LAS ARDENAS (1944-1945): LA ÚLTIMA APUESTA DE HITLER EN EL FRENTE OCCIDENTAL
De manera acotada, la Ofensiva de las Ardenas o Batalla de las Ardenas, fue una ofensiva militar lanzada por la Alemania nazi en diciembre de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. Este ataque fue una de las últimas grandes ofensivas de Alemania en el frente occidental y tuvo lugar en la región de las Ardenas, en Bélgica, Luxemburgo y Francia.
Acosado por los avances de los aliados occidentales tras los desembarcos en Normandía en junio (Operación Overlord), y por la incesante presión dada por las fuerzas soviéticas al este desde el inicio de la Operación Bagratión, Hitler decide jugar una carta arriesgada: una ofensiva a gran escala al oeste de su Reich de mil años.
¿El objetivo? Dividir las fuerzas aliadas, capturar el puerta belga de Amberes y rodear y destruir las fuerzas aliadas en la región, con la esperanza de negociar un armisticio favorable para Alemania, y con ello concentrar su esfuerzo de guerra contra los soviéticos.
Para tal desesperado propósito, el Führer movilizó a 250.000 soldados, junto con unidades panzer y tropas de infantería, distribuyéndolos a lo largo de la región de las Ardenas escasamente defendidas por las fuerzas aliadas. Así las cosas, la operación buscaba generar la sorpresa en las fuerzas enemigas, apoyándose en las duras condiciones climatológicas del inverno y el terreno montañoso/boscoso de la zona, que limitaban tanto la movilización de efectivos como el despliegue de la poderosa fuerza aérea aliada.
¿Resultado? Pese a los significativos avances durante la primera semana de la ofensiva dado el factor sorpresa, las fuerzas aliadas lograron rápidamente reagruparse y repeler los ataques a lo largo de la frontera. El cambio de las condiciones climáticas permitió a fines de diciembre la contraofensiva aliada. Desde ese punto, las fuerzas alemanas rápidamente fueron perdiendo terreno hasta el 25 de enero de 1945, fecha en la que se considera el fin de la batalla con el regreso de las fuerzas del Eje a sus posiciones previas a la contienda.
¿Qué consecuencias nos lega la Ofensiva de las Ardenas tras 80 años? En lo estratégico, la apuesta de Hitler demostró nuevamente una máxima de la lógica militar: el poder de la inteligencia para anticipar movimientos. La sorpresa alemana sobre la región de las Ardenas, probó con sangre (75.000 bajas) la confianza de los Aliados que subestimaron drásticamente a su enemigo.
Asimismo, quedó en evidencia la crucial importancia del elemento logístico. La esencia del plan alemán era precisamente desarticular la red suministro y apoyo aliado mediante la ocupación de Bruselas y el puerto de Amberes, dejando a las fuerzas anglo-americanas dependientes exclusivos de los lejanos puertos de Normandía. Con ello se esperaba desactivar el frente occidental y direccionar todos los recursos contra la amenaza soviética. Dicho de otra manera, la ofensiva fue la medida desesperada del Tercer Reich frente a su propia versión del dilema de la «manta corta»: la elección de una decisión incómoda/indeseada para mitigar otra de la misma naturaleza. En este caso, era «favorable» firmar un armisticio con las fuerzas occidentales, renunciando a sus aspiraciones territoriales en esa región que ceder un metro más frente a su archirrival, Iósef Stalin.
Finalmente, recalcar que en materia arqueológica, los campos de batalla de la ofensiva siguen entregando material de estudio. Los avances tecnológicos en drones apoyados por laser y geolocalización, han permitido a los historiadores y aficionados descubrir vestigios de la batalla jamás antes vistos. Aquí se incluyen refugios, cráteres de bombas, emplazamientos de artillería y trincheras con restos humanos y materiales no manipulados. De esta manera, la tecnología no sólo permite preservar campos de batalla como espacios de memoria y reflexión de nuestra historia reciente, sino también, en ciertos casos, como una instancia para repatriar los restos de soldados caídos a sus respectivos países de origen.
SIMILITUDES CON LA GUERRA RUSO UCRANIANA
Ahora, ¿Qué vinculación existe entre la Ofensiva de las Ardenas y la actual Guerra entre Rusia y Ucrania? Muchas, aunque a primera vista no resulte evidente.
Pero antes, los motivos y causantes detrás de este conflicto lo puedes encontrar en el siguiente video resumen del canal Memorias de Pez que resume perfectamente los primeros dos años de la guerra. Y para un análisis histórico-identitario más profundo, se encuentra disponible mi artículo que realicé en 2015 a menos de un año de la ocupación rusa de la península de Crimea.
Abordados los motivos políticos e históricos del conflicto, resulta posible identificar numerosas similitudes, particularmente con la reciente (y todavía en curso a la fecha de este escrito) ofensiva en el Oblast ruso de Kursk.
El 6 de agosto de 2024 las fuerzas armadas al mando del Presidente Volodymyr Zelensky llevaron a cabo una operación militar tan arriesgada como la propia realizada por los alemanes hace 80 años atrás: una incursión armada en la región rusa de Kursk; acción que no ocurría desde, precisamente, la Segunda Guerra Mundial con la puesta en marcha de la Operación Barbarroja de 1941 (nuevamente, la historia no se repite, pero si rima).
En sí misma, la operación presenta múltiples similitudes estratégicas con la realizada por los germanos. El propósito es el mismo, es decir, aliviar la presión de las fuerzas ucranianas en los frentes del Donbas y los cercanos a la península de Crimea. Con esta temeraria acción, se esperaba que las fuerzas de Vladimir Putin se vieron obligadas a reforzar tanto la zona ocupada como también las otras regiones fronterizas, distribuyendo sus fuerzas a lo largo de toda la línea de frente.
De similar manera, Ucrania, al igual que Alemania, contaba (y cuenta) con limitados recursos y personal (a diferencia del gigante ruso). Asimismo, Rusia no contaba con sus mejores efectivos en la región Kursk, la cual se había mantenido ajena al conflicto desde su inicio en 2022. Sin duda, esto supone un error estratégico similar al que cometieron los Aliados al posicionar escasas y poca experimentadas fuerzas en la región de las Ardenas, junto con asumir que el rival solo asumiría una postura estrictamente defensiva. Adicionalmente, otra similitud fue el completo secretismo de la preparación y ejecución de la operación, la cual fue totalmente indetectada por la inteligencia de Moscú.
Ahora bien, pese a estas similitudes, ni la escala fue la misma (Ucrania solo ha desplegado hasta la fecha de este escrito entre 15.000 a 30.000 de efectivos versus los cerca de 600.000 del Tercer Reich), ni las condiciones climatológicas (la operación en territorio ruso se realizó en pleno verano europeo). Pese a ello, el impacto mediático, político y moral de la operación es indiscutible. La imagen de tropas ucranianas posando en territorio ruso junto a carteles alusivas a la región (similar a la de las tropas estadounidenses defendiendo la ciudad de Bastoña como se ve en la imagen de cabecera) no solo supone un invaluable aumento de la moral y voluntad de luchar de los ucranianos y de sus aliados occidentales, sino también un duro revés a la reputación y poder de Vladimir Putin. No sólo no ha podido derrotar a sus enemigos, sino que su aspiraciones de desnazificar y aislar a Ucrania de la OTAN, le ha costado el indecoroso logro de permitir una incursión militar en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. Y peor aún, por parte de una ex república soviética.
CONCLUSIÓN
En definitiva, la Ofensiva de las Ardenas nos recuerda con cada aniversario el alto valor estratégico y político de nunca subestimar al oponente, prever escenarios de acción, contar con activas redes de comunicación y aspirar en lo posible al factor sorpresa; elementos que tanto Rusia como Ucrania han implementado a lo largo de la contienda. El primero con el inicio de la Operación Militar Especial el 24 de febrero de 2022, y el segundo el 6 de agosto de 2024.
¿Logrará Kiev mantener sus posiciones en Kursk? Solo el tiempo lo dirá, pero la evidencia tiende a mostrar que la incursión no dio los resultados esperados por Kiev (Rusia progresivamente ha ido recuperando los territorios perdidos sin descuidar los otros frentes). Lo que si es factible afirmar es que el triunfo electoral de Donald Trump ha supuesto una escalada del conflicto, principalmente porque desde que el magnate inició su candidatura prometió poner fin al conflicto, lo que supone una presión adicional para los bandos beligerantes, ya que el que cuente con mayor cantidad de territorio del otro, tendrá más peso en una potencial mesa de negociaciones.
Imagen de cabecera propiedad de War History Online (imagen de la izquierda) y Daily Wrap (imagen de la derecha)