Por PATRICIO LE CERF V.
Licenciado en Historia y Magíster en Ciencia Política con Mención en Relaciones Internacionales
Pontificia Universidad Católica de Chile.
En víspera del estreno de Das Boot (La Serie), fechada para el próximo 23 de noviembre, resulta pertinente repasar la mundialmente aclamada cinta de Wolfang Peterson de 1981, basada en la novela homónima de Lothar-Günther Buchheim publicada en 1973.
Dirigida por Wolfang Petersen, producida por Günther Rorbach y protagonizada por Jürgen Prochnow, Herbert Grönemeyer y Klaus Wennemann, Das Boot se ha posicionado desde su estreno como una de las películas más taquilleras e influyentes de la historia del cine alemán. Una recaudación mundial de $80 millones de dólares sobre un presupuesto de $18.5 millones, y la nominación a 6 premios de la Academia, reflejan el rotundo éxito e impacto que tuvo el film dentro y fuera de su país de origen. Desde entonces, la industria del cine alemán se ha posicionado internacionalmente como un referente ineludible en términos de producción, dirección y narración cinematográfica, junto con dictar cátedra sobre cómo realizar películas bélicas convincentes y emocionalmente efectivas.
*Video propiedad de Lucas B.
SINOPSIS
«La Rochelle, Francia, Otoño de 1941. La flota de submarinos alemanes con la que Hitler esperaba bloquear y privar de comida a Gran Bretaña empieza a sufrir importantes reveses. Buques británicos surcan el Atlántico escoltados por destructores infligiendo graves daños a los submarinos. Pero el Alto Mando alemán envía más y más submarinos con tripulaciones jóvenes desde sus puertos en la Francia ocupada.
La batalla por el control del Atlántico se vuelve en contra de los alemanes.
40.000 alemanes sirvieron en submarinos en la II Guerra Mundial.
30.000 nunca regresaron.»
Con este lapidario texto inicial comienza el largometraje que retrata a lo largo de sus 208 minutos de duración (versión Director’s Cut), la travesía de la ficticia tripulación del emblemático submarino alemán, U-96, durante una misión de patrullaje en el Atlántico y posteriormente en una riesgosa incursión en el Mediterráneo que pondrá a prueba el valor, la fortaleza y la cordura de sus integrantes.
Mediante una desinhibida e histriónica celebración de oficiales en un burdel francés, arranca la cinta donde se nos introduce al elenco protagónico: el Capitán del U-96 (Jürgen Prechnow), el Ingeniero Jefe (Klaus Wenneman), el 1° Teniente (Hubertus Bengsch) y el Teniente Werner (Herbert Grönemeyer); siendo este último la representación fílmica del autor, quien, al igual que el personaje, sirvió en el U-96 como corresponsal de guerra para la armada alemana o Kriegsmarine. Embarcados al día siguiente en la formidable base de submarinos, La Rochelle, el U-96 se hace a la mar con el claro propósito de hundir la mayor cantidad de navíos británicos que atraviesan el Atlántico desde las costas americanas. Esto último a través de la efectiva y temida táctica de ataques conjuntos entre submarinos llamado «wolfpack» (jauría de lobos).
Durante el transcurso de la misión, trazada por las dificultades del clima, constantes períodos de ansiedad y tedio, y la creciente capacidad tecnológica de la flota aliada para detectar y atacar los sumergibles alemanes, que la tripulación recibe nuevas ordenes de parte del Alto Mando: cruzar el altamente protegido Estrecho de Gibraltar para sumarse al esfuerzo de guerra naval italiano para lograr la necesitada supermacía marítima en el Mar Mediterráneo. Desde aquel punto, el film entra en su clímax, donde la tripulación, y por extensión el espectador, enfrentan intensas escenas de tensión y claustrofobia a medida que progresan en su evidente misión suicida.
ANÁLISIS CINEMATOGRÁFICO
Das Boot sin duda marca un punto de inflexión dentro del cine alemán y del género bélico en general. Si bien no es el primer film sobre contiendas submarinas de la Segunda Guerra Mundial, ni menos la primera incursión cinematográfica germana sobre la temática (en 1958 se estrenó U-47 Kapitänleutnant Prien), sí fue una de las primeras producciones que logró, de forma orgánica, convincente y crítica, transmitir los horrores y traumas de la guerra naval moderna.
Resulta innegable que Das Boot tomó prestado elementos de cintas predecesoras del género, principalmente de U-47 Kapitänleutnant Prien. Aún con ello, la propuesta de Petersen se distingue del resto por un guión rápido y emotivo que mantiene la atención y empatía del espectador en todo momento, a lo que se suma un brillante manejo técnico de primeros planos, tensos silencios acompañados de sonar y rápidas secuencias en primera persona al interior del sumergible. Adicionalmente, la potente banda sonora del film compuesta por Klaus Doldinger, complementa directamente la acción y la emoción de la historia que se desarrolla a lo largo de la cinta.
Otro elemento muy propio del cine alemán de posguerra que Das Boot incorpora es la abierta condena política de la ideología nazi. Es a través de los ácidos y burlescos comentarios dirigidos al 1° Teniente (presentado como el arquetipo ideal de un oficial nazi) por parte del curtido capitán del U-96, que se nos presenta este interesante tópico cuya finalidad última es exponerle al espectador la postura compartida por un gran número de uniformados alemanes durante la contienda. Para éstos, la guerra (y algunos de sus crímenes) respondía más bien al estricto apego del código militar prusiano en lugar de los fanáticos dictámenes del partido de Hitler; posición que al cambiar el curso del conflicto en contra de los alemanes, se intensificó y propagó entre las tropas, primando en su lugar el patriotismo y la defensa del territorio nacional, similar a como ocurrió a finales de la Gran Guerra en 1918.
De similar manera, Das Boot, como film bélico posterior a la Guerra de Vietnam, se caracteriza por un abordaje de la guerra de manera gráfica, reflexiva y crítica de toda preconcepción romántica de los mismos. Para 1975 ya no resultaban creíbles para el público masivo las adaptaciones históricas de conflictos armados recientes de manera superficial y sesgada, donde comúnmente los protagonistas (y su bando) se presentaban como personajes conductualmente perfectos con códigos morales incorruptibles, al tiempo que sus contrincantes solían ser representados como entes unidimensiales impulsados por ambiciones pasionales y extremistas, que imposibilitaban cualquier asomo de empatía o humanización de los rivales por parte del espectador (condición que justificaba o absolvía los posibles crímenes que pudieran cometer los héroes del film). En la cinta, este cambio inevitable y necesario para el cine bélico, se plasma perfectamente en la escena cuando el U-96 emerge tras torpedear un convoy enemigo. La evidente expresión de impotencia y dolor del capitán al ver que no puede salvar a los múltiples marineros de la nave atacada, denota un sensible código militar y valórico por parte de un oficial de la Alemania Nazi; propuesta que no hasta el trauma psicosocial que supuso la Guerra de Vietnam para la esfera occidental, era sistemáticamente omitido por el cine comercial por razones narrativas y/o propagandísticas. En este sentido, el mismo desenlace de la película, abrupto, desgarrador y frustrante, consigue lo pocas veces logrado por el cine de masas: que el espectador empatice genuinamente con tropas del Tercer Reich, concibiéndolos como humanos sintientes y no como meros autómatas asesinos. Este es uno de los mayores logros de esta película, junto con su formidable uso de maquetas, efectos especiales y edición de sonido.
Dicho de otra manera, la adaptación a la pantalla grande de Das Boot, pese a contar con ciertas críticas del propio autor de la novela, representa uno de los mayores aportes culturales y simbólicos del cine alemán contemporáneo. Su perenne mensaje anti bélico, su alta factura técnica y convincente elenco, hacen de esta cinta un producto audiovisual atemporal e imprescindible.
DAS BOOT Y LA HISTORIA
Situada en 1941, la cinta se sumerge por completo en una de las campañas más icónicas y desgarradoras de la Segunda Guerra Mundial: la Batalla del Atlántico. Librada entre septiembre de 1939 e inicios de 1944, la Batalla del Atlántico consistió en el enfrentamiento entre la vasta y poderosa armada Aliada contra la menor, pero altamente avanzada flota submarina del Eje, cuyo resultado final fue un saldo total cercano a los 100.000 muertos, sumado a la aplastante derrota militar de la Kriegsmarine.
Analizado bajo la lupa del rigor histórico, la adaptación cinematográfica de Das Boot logra recrear y transmitir fielmente la perspectiva alemana de la guerra naval del momento. Embriagados por las sucesivas victorias en Polonia, Francia, Noruega y los Países Bajos, la armada alemana se hace a la mar confiada en la efectiva estrategia de guerra submarina promovida por el famoso Contraalmirante Karl Dönitz, amasando en el trayecto una significativa ventaja militar sobre la flota aliada. Pieza clave del triunfo anterior fue el emblemático y temible sumergible, U-Boot Clase VII Modelo C.
Con 67. 1 metros de eslora, 4.74 metros de calado y 4 motores (2 diésel y 2 eléctricos), esta embarcación fabricado masivamente entre 1940 y 1945, acechaba las aguas del Atlántico con una velocidad de 17.7 nudos (32.7 km/h) en superficie y a 7.6 nudos (14 km/h) en inmersión. Sus 5 tubos lanzatorpedos, su cañón de 88 mm y ametralladora anti aérea, hacían del U-Boot Clase VII Modelo C un arma temible y resiliente capaz de atacar y defenderse de múltiples amenazas. Ejemplo de tales propiedades fue el mismísimo U-96, el sumergible en el cual el autor original de la novela sirvió como corresponsal y volvió mundialmente famosos a través de sus crónicas y novela, Das Boot. El U-96, con su icónico emblema de un pez sierra sonriente, fue comandado por el Capitán de Fragata Heinrich Lehmann-Willenbrock, realizando 11 patrullajes en los cuales hundió 28 buques equivalentes a 190.094 toneladas, hasta que fue finalmente destruido por bombarderos estadounidenses el 30 de marzo de 1945 en Wilhelmshaven, Alemania.
A continuación, un dibujo del renombrado U-96, emblema del U-Boot Clase VII Modelo C.
No obstante, y a pesar de las avanzadas propiedades tecnológicas de los U-Boots alemanes, el bando aliado retomó la iniciativa en el Atlántico a finales de 1941 (período en que se desarrolla la película) mediante el reforzamiento permanente de los convoyes con destructores, sumado al trascendental éxito de los matemáticos de Bletchley Park, que lograron «quebrar» las transmisiones de la máquina criptográfica del Eje, Enigma. La convergencia de ambos factores, en adición al hundimiento y captura de cuatro de los grandes «ases» de la flota submarina alemana (Otto Kretschmer, Joachim Matz, Joachim Schepke y Günther Prien-el mismo de la película de 1958), minó considerablemente la moral y las ambiciones de las tripulaciones restantes. Tal cambio de mentalidad se evidencia perfectamente en la sarcástica y cínica postura del capitán y de la gran mayoría de los marineros, especialmente cuando son notificados de cruzar el altamente resguardado Estrecho de Gibraltar.
Pese a tomar nuevamente la delantera a lo largo de 1942 gracias a la incorporación de más y mejores clases de submarinos (principalmente por la introducción del nuevo sumergible Clase IX), la derrota de la campaña submarina alemana en el Atlántico llegó de la mano con la mejora tecnológica de las cargas de profundidad, el sonar y la incorporación de portaaviones escoltas cuyos cazas detectaban y destruían fácilmente a los U-Boots cuando recargaban baterías navegando en superficie. A lo anterior, se sumó la invasión aliada a Italia y el avance del Ejército Rojo en el este en 1943, lo que obligó al Alto Mando alemán a reestructurar sus estrategias y recursos, siendo la Kriegsmarine altamente afectada a medida que el enemigo se acercaba a Berlín.
Finalmente, y pese a contar en marzo de 1945 con la mayor cantidad de submarinos operativos (463), el Gran Almirante Karl Dönitz se vio obligado en su calidad de Segundo Führer del Tercer Reich, a firmar la rendición incondicional la rendición de Alemania tras la caída de la capital por fuerzas soviéticas.
En último término, la Batalla del Atlántico, además de constituir una campaña crucial de la Segunda Guerra Mundial, representó, cual carrera espacial, la competencia tecnológica entre dos coaliciones adversarias traducidas en doctrinas militares por naturaleza complementarias: submarinos y naves de superficie.
Das Boot (La Serie, 2018)
Dado el rotundo éxito de crítica y taquilla de la adaptación al cine de la novela de Lothar-Günther Buchheim, resultaba lógico que el desarrollo de una continuación o expansión del mundo retratado en el film supondría el lógico movimiento para la cada vez más renombrada industria del cine alemán. No obstante, la internacionalización de la carrera de Wolfgang Petersen y del reparto protagónico, las críticas de adaptación por parte autor de la obra original, los elevados costos de producción y la elevada factura global del producto difícil de replicar; desmotivaron la realización de nuevo material, sea este para la pantalla grande o pequeña. Lo más cercano a una continuación de Das Boot en formato celuloide fue su sucesora espiritual de 1993: Stalingrad. De la mano del mismo productor, Günther Rorbach, el film logra replicar la crudeza, el terror y el absurdo de la guerra moderna, pero en esta ocasión desde el punto de vista de un cínico grupo de soldados de la Wehrmacht durante el sitio de Stalingrado a fines de 1942. Un film, que al igual que Das Boot, replica los elevados estándares de producción y calidad cinematográfica. 100% recomendable.
En junio de 2015, 34 años después de su estreno, la misma productora del film original (Bavaria Film) anunciaba la realización de una nueva adaptación de la novela de Lothar-Günther Buchheim, en formato de serie de 8 capítulos bajo la dirección de Andreas Prochaska. Argumentalmente, la serie difiere de la versión de Petersen en que esta última incorpora elementos de la novela sucesora del best-seller de Buchheim, Die Festung (La Fortaleza); elemento con el cual los guionistas innovan al introducir dos narrativas entrelazadas situadas en 1942 (un año después de los eventos vividos por los hombres del U-96): los periplos vividos por la tripulación del U-612 y las actividades de sabotaje realizadas por la resistencia francesa en las inmediaciones de la base de submarinos, La Rochelle. Dividida en 8 capítulos de larga duración a través de las pantallas de TV Channel Sky, la serie pretende extender la narrativa del largometraje de Petersen, y revitalizar la obra literaria de Buchheim para las nuevas generaciones.
*Video propiedad de Hulu.
CONCLUSIÓN
Das Boot es una película ambiciosa, inteligente y con un potente mensaje anti bélico que todo aficionado al cine y a la historia debe ver. Su alta factura técnica, su minucioso respeto por la historia y su encomiable dirección actoral, hacen de esta cinta un producto audiovisual que trasciende incuestionablemente su propio tiempo y contexto histórico.
100% recomendable.
¿Interesado en el film?
Disponible en:
-Formato físico (versión Director’s Cut): Amazon ($10-20 dólares).
-Streaming (versión Director’s Cut): Gnula.
ANEXO: DAS BOOT (EL VIDEOJUEGO) Y SU INFLUENCIA EN LA INDUSTRIA DEL PIXEL
El impacto de la película no fue exclusivo para el mundo del cine. Su narrativa, ritmo y dirección artística caló profundo dentro de la forma de entremetimiento más lucrativa de la actualidad: la industria del videojuego.
Desde su estreno en 1981, centenares de títulos de simulación de combate submarino han tomado como referente la visión de Petersen. «Submarine Commander» (1982), «Sub Battle Simulator» (1987), «Wolfpack»(1990), «Aces of the Deep» (1994), «Silent Steel» (1995), «Silent Hunter» (1996); son algunos de los tantos nombres que han definido la trayectoria y evolución interactiva de esta particular rama del mundo naval. Tanto fue el éxito de este género que en 1990 se publicó para MS-DOS y Amiga, el videojuego oficial de Das Boot (desarrollado por Arthec Digital Entertainment y distribuido por Three-Sixty Pacific). Este consistió en un ambicioso simulador de combate submarino para su época que sigue los pasos de una nueva tripulación a lo largo de teatro de operaciones del Atlántico. Un particular apartado tridimensional, un variado sistema de juego y una recreación de 8-bits de la banda sonora oficial del film, hacen de este programa un producto interesante y anecdótico para los seguidores de la cinta y la novela.
A través del siguiente enlace podrás jugar a Das Boot (El Videojuego) de forma online
Por último, como viejo admirador de la película y de los videojuegos de submarinos, recomiendo que le den una oportunidad a Silent Hunter 5 (2010). Desarrollado por Ubisoft, el título le permite al usuario desde el periscopio de un U-Boat alemán recrear las principales batallas navales que se desarrollaron a lo largo de la Batalla del Atlántico. Con un dedicado enfoque hacia al realismo estratégico, operacional y logístico (apreciable desde el uso de sonar, cartografía y gestión de oxígeno, combustible y armamento), Silent Hunter sumerge al jugador en un plano de acción bélico generalmente relegado por su compleja y pausada naturaleza de juego. Si bien no una entrega perfecta, es la mejor adaptación interactiva hasta la fecha de lo mostrado por la propuesta de Wolfgang Petersen.
¿Interesado? A continuación, encontrarán el trailer de la última iteración de esta franquicia de simulación de combate submarino iniciada en 1996 (adjunto van los requisitos mínimos para ejecutar el programa y el vínculo de compra en la plataforma Steam).
*Video propiedad de Ubisoft.
Enlace de compra-descarga en Steam
Requerimientos mínimos para ejecutar Silent Hunter 5:
- SO: Windows® XP (Service Pack 3), Windows Vista® (Service Pack 2), Windows® 7
- Procesador: Intel® Core™2 Duo E4400 a 2 GHz / AMD Athlon™ 64 X2 4000+ a 2.1 GHz o superior (Intel Core™2 Quad Q6600 2.4 GHz / AMD Athlon 64 X2 5200+ 2.6 GHz o superior recomendado)
- Memoria: 1 GB (en Windows XP) / 2 GB (en Windows Vista y Windows 7) (2 GB recomendado)
- Gráficos: Tarjeta con 512 MB compatible con DirectX® 9.0c
- DirectX®: DirectX 9.0c
- Disco Duro: 10 GB (15 GB recomendado)
- Sonido: Compatible con DirectX 9.0c
- Periféricos Soportados: Ratón y teclado compatibles con Windows
- Conexión a Internet: Conexión de banda ancha de 256 kbps (512 kbps o más recomendado)
*Imagen de cabecera propiedad de Netflix USA.