Por JORGE GUTIÉRREZ P.
Profesor de Filosofía y Licenciado en Educación
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
¿Qué dice el movimiento feminista cuando dice: ‘No es no’? ¿Por qué creerle a un pololo violento cuando vuelve y dice: ‘Esta vez cambiaré; ahora sí que sí’? ¿Qué leer de este no propositivo y programático que los Senadores de Renovación Nacional Francisco Chahuán y Andrés Allamand salieron a timonear con gran parte de la Unión Demócrata Independiente a contracorriente de su Presidente Mario Desbordes y de su, entre comillas, díscolo interino Manuel Ossandón e, incluso, de su Presidente de la República Sebastián Piñera? ¿Cómo entender este rechazo a la creación de una Nueva Constitución? ¿Qué hay de viejo y nuevo en este no?
Cuando el movimiento feminista dice: ‘No es no’, se refiere, a lo menos, a no confundir un no con un sí o con un no a medias tintas. Literalmente, pienso, lo que quiere decir, en el fondo y en la forma, es, de hecho, que: ‘No es no’.
Ahora bien, o bien, bien mal: ¿Cómo es este no que nos han presentado Chahuán y Allamand? ¿Es acaso un no? ¿Es un sí? ¿Qué hay detrás de aquel: ‘Date cuenta amiga’, que acompaña, a veces, al ‘No es no’? Y: ¿En qué se parece el pololo que dice: ‘Ahora sí que sí’, con este no propositivo?
Cuando Chahuán y Allamand aparecen diciendo no y rechazo, aparecen desapareciendo en el instante, así mismo como hicieron aparecimiento-desaparecimiento tras defender con chaqueta vuelta su «Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución». Jacqueline van Rysselberghe e Iván Moreira son de la misma mismidad que dijo sí al acuerdo para decir ahora que no, ‘porque’ el sí a la Nueva Constitución sería ‘incertidumbre’, más que votar que sí a la paridad de género y a los escaños reservados para los pueblos antiguos, o aprobar eliminar las Administradoras de Fondos de Pensiones y las Instituciones de Salud Previsional. ¿Qué de propositivo o programático tienen todos estos noes? Nada.
¿Y qué con el Frente [cada vez menos] Amplio y con la otrora Nueva Mayoría -exConcertación? ¿Cómo han sido sus síes? ¿Qué demuestra su actuar al firmar el «Acuerdo…» para dar estabilidad al Gobierno de Piñera y al aprobar las leyes represivas que tipifican y condenan la protesta? ¿Qué rechazan cuando aprueban la agenda represora de Piñera?
Cuando la ‘izquierda’ institucional chilena acuerda con la derecha realizar un Plebiscito para una Nueva Constitución a la par que aprueba leyes que demonizan el movimiento que se levantó el 18/10 y que lo posibilitó, rechaza la posibilidad misma de que ese movimiento siga potenciándose y potenciando a toda la política chilena en decadencia. Cuando el establishment de la izquierda que viene apernándose para el lado equivocado desde los ‘90 aprueba pactar con la misma derecha que bombardeó La Moneda en 1973, rechaza los momentos destituyentes que los pueblos de Chile se han dado para hacer frente al capitalismo neoliberal piñechetista.
¿Quiénes se dieron cuenta de estas confusiones entre síes y noes y rechazos y aprobaciones? Fueron, desde largo y, todavía, actualmente, las y los estudiantes de secundaria y universidad, hermanas y hermanos, amistades, hijas o hijos de estudiantes o trabajantes con deudas del Crédito con Aval del Estado o Hipotecario que no llegan ni a fin de mes ni a fin de año sin pensar en la tan soñada beca o, en su defecto, en la probabilidad de ganar la lotería. Son quienes han aprendido que nuestras poblaciones no pueden seguir confiando ya más ni es sus izquierdas ni en sus derechas para erguirse y caminar. Son quienes nos dijeron que el ‘Date cuenta Chile’ que necesitamos no es único ni unívoco, que el cavernario no es únicamente el rechazo derechista, sino, también, el apruebo que pide Orden Público y Estado de Derecho izquierdista, y que, hay que darle, sí o sí, más vueltas al tirón de orejas o lavada de cara postdespertador. En definitiva, que estos no como sí y sí como no pueden ser la peor perdición.
*Imagen de cabecera propiedad de EMOL.